SIEMPRE ES DE NOCHE Y LLUEVE    -    III




Me besa como si acabara de llover.
Me habla como si acabara de llorar.
Me mira como si el rebaño hubiera huido de su corral hacia las montañas.
Me busca la piel como si temiera al agua.
Me ríe como un loco triste.
Me empuja como si soltara cuervos.
Me dice que sí.
Me dice que a veces.
Me niega que no.

Yo me voy a quedar tan quieta bajo su nombre
que me confundirá con la hierba

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