El fondo de la olla

 

Hace ruido el cucharón contra el fondo de la olla.

Golpea en paredes secas como en una campana.

Y en la casa de al lado será igual, piensa, mientras revuelve.

Y en la otra también, campana seca.

Y en cada casa de por acá, sabe.

Hay viento afuera

viento de primavera

de malvones y polen esparcido.

Afuera hay viento y gurises que corren y se embisten

cabeza contra cabeza

como chivos topadores en el corral del barrio.

Adentro,

tumba profanada el estómago del hijo

y otra tumba en el menor

y otra más en la mujercita más grande

y otra tumba en su panza donde salta apenas uno sin nombre.

El ruido del cucharón en la olla levanta los pájaros que duermen en la canaleta

hace temblar las telarañas.

El ruido del cucharón en la olla seca retuerce las tripas

retuerce los trapos viejos del hambre

donde la madre clava las uñas

y la bronca

donde la madre esparce el dolor y sala

sala como se sala el puchero

la garganta arrugada de la casa que es rancho

que es chapa y cartón y furia.

En este rancho ya no se duerme, dice.

En este rancho nadie duerme

hasta que caiga en la olla                     

vacía

la entraña adobada del patrón.

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